Siento que pasan los días y sigo adelante tracción a sangre. Tras una melodía. Creo que te hice tan mío
que por un instante te olvidé.

jueves, 23 de febrero de 2012

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What if I'm already dead? How would I know?
La primera vez que oí esta frase, me voló la cabeza. Y es tan cierta además. ¿Qué pasa si ya estoy muerto? ¿Cómo voy a saberlo?.
Para serles franca, siempre tuve un gran respeto a la muerte. Como a la vida, claramente. Por eso mi mayor consideración para con ella, es vivirla a pleno.
No hay día que no me plantee qué es lo que vine a hacer en este mundo. Me pongo a pensar: ¿por qué estoy acá? ¿Quién eligió que nazca en Argentina, a mis padres, el resto de mi familia?. Y es un tema que además de hacerme sentir impotente, me desespera. De hecho, hasta me niego a pensarlo.
A su vez, creo también que la muerte no debe ser nada malo, no quisiera saberlo todavía, me faltan muchas cosas por concretar en mi vida. Sí, le tengo mucho miedo. Me desorienta saber qué es lo que hay una vez que cerramos los ojos, si de verdad existe ese túnel con luz blanca, como dicen. Ja.
Con el paso del tiempo, fui aceptándola. Comencé a creer en que, como dije previamente, no debe ser tan mala como todos creemos.
Cito un ejemplo:
Imaginen esta situación: Un hombre sobre la cama de un hospital, agonizando, lleno de cables y con un mal respirar. ¿Eso es vida? Yo creo que no. En estos casos, podría decir, hablando mal y pronto apoyo en estos casos la muerte.
Crean que lo que más quiere esa persona es descansar. A su vez pienso en cómo debe sentirse esa persona, sabiendo que lo nuevo está por llegar. Que ya no verá más a sus familiares y partirá al más allá. Pero, ¿cómo sigue todo?. No lo sabemos.
Por el momento, disfruten esta vida, es tan linda. A pesar de sus altibajos, es el mejor regalo que pueden tener.

miércoles, 22 de febrero de 2012

How I wish You were here.

Sólo éramos dos almas perdidas, que nadan en una pecera. Año tras año, corriendo sobre el mismo camino. ¿Qué hemos encontrado? Los mismos miedos de siempre. Ojalá estuvieras aquí.

lunes, 13 de febrero de 2012

Chiquitita no hay que llorar.

Te extraño y eso nunca cambiaría. Pero admito que en este último tiempo, además de pensar en tu ausencia, pienso en tu presencia. Sí, porque para mi lo que vivo día a día forma parte de tus enseñanzas. Saber qué elegir, qué rechazar. Vivimos en un mundo muy cruel, viejo. Te han pasado por encima muchas veces. Pero te prometo que a tu hija eso nunca le va a pasar. Todas las cosas de la vida me hicieron tan fuerte, que frente a la vida ya me siento de hierro y acero. No por lo fría, sino por lo bien parada que me siento frente a la vida.

Hoy hace cuatro meses que te fuiste. Y aunque tenga mis bajones, creo sentirme bien. Porque sé que vos ahora lo estás. Ya nada te hace mal, nada te hiere ni física, ni emocionalmente. No sé dónde estarás, pero estoy tranquila porque sé que ya no dependés de nada, no necesitás nada, ningún falso motor. No hay más sufrimiento y dolor a tu alrededor. No hay más curas, ni enfermedades. No hay más preocupaciones para vos, quedate tranquilo que estoy bien. A pesar de que diga que hay tantas cosas que me gustaría contarte, que quisiera que sepas y me digas "Grande Machu!", sé que dónde estás, lo estás viendo y estás orgulloso de la hija que te tocó. Me acuerdo cuando me felicitaste porque escuchaba buena música, porque me gusta la música ochentosa y el rock inglés.
Además, no puedo evitar sonreír al recordar cuando me llevabas al colegio a la mañana escuchando Abba. Me ponías siempre el tema Chiquitita. Y hasta no terminar, no bajaba del auto. Una vez que eso pasaba, me iba contenta al cole.
Chiquitita sabes muy bien
que las penas vienen y van y desaparecen
otra ves vas a bailar y serás feliz
como flores que florecen
Chiquitita no hay que llorar
las estrellas brillan por ti allá en lo alto
quiero verte sonreír para compartir
tu alegría chiquitita.

viernes, 10 de febrero de 2012

Money

Como diría una gran canción de The Smiths, Money changes everything. 
Por momentos me pongo a pensar en la frase "El dinero hace la felicidad". Analizándola llego a la conclusión de que no la hace, puede que llegue a ser un complemento quizás. Lamentablemente, en este mundo material, ese papel bobo es de gran ayuda para muchas cosas. No siempre está al alcance de la mano, pero por eso es que la gente responsable trabaja y se lo gana.
Ahora digo, qué patético. Trabajar para tener un simple papel. Cómo un papel a veces puede valer más que una vida. Que hay tantos casos de que matan personas inocentes (y otras, no tanto), por papeles que tanto valor le adjudicaron ¿Pagar por salud?; ¿Pagar por comida?; ¿Pagar por educación? ¿Por qué?. Si son cosas imprescindibles para nosotras y claramente tenemos que presentar una hoja con la cara de un simple prócer que vaya a saber si está conforme de haber tenido esa cara para salir en un billete, ¿no?. Como la foto del DNI. Bah, digo Prócer. Dirigiéndome a algunos, digamos que Rosas dejó mucho que desear. Deberían poner la cara de artístas de música que más sonrisas nos ha sacado que... ¿Sarmiento?. Dinero, dinero... Por favor... Hay cosas más valiosas para mi.
A todo lo que me regalan le aplico un valor sentimental que duele más cuando se rompe o lo pierdo en los peores de los casos. No tengo todo lo que quiero, pero quiero todo lo que tengo. Recuerdo cuando niña, algún familiar, me regalaba algo y si se me llegaba a romper, me ponía muy mal. Más que nada me pasaba con mis abuelos o mis viejos. Creo que eso viene de un miedo inconsciente a romper un lazo de conexión física con ellos. Sí, claramente debe ser por eso.
Ahora se me viene a la cabeza una mala experiencia que tuve en el amor. Fue hace tres años aproximadamente, me tocó cruzarme con una persona que era bastante materialista y superficial. Como siempre, al principio sentí atracción sentimental frente a él, pero a medida que el tiempo pasaba, me di cuenta que cada día empeoraba o efectivamente, se mostraba como era. Tanto que llegó a compararme con su vida. Qué tenía él y qué me faltaba a mi. Mejor dicho, haciéndome creer que lo que tenía yo era basura al lado de sus bienes. Fue una noche sentada en mi escritorio y mientras me decía eso vía mensaje de texto, levanté la mirada y me topé con la foto de mis abuelos y mis viejos. No lo pude evitar y lloré. Pero de emoción, diciendo: Gracias a la vida por haber tenido lo mejor que pude tener, mi familia. Pero ojo! No se preocupen, no me tembló el pulso para dejarlo ir, fue lo primero que hice. El amor fue lo único que nunca pudo comprar. Por eso le dolió perderme. Eso creo.
Volviendo al tema monetario, no me considero una partidaria de lo material. Con esto no quiero decir que no disfruto de comprarme ropa, zapatos y demás cosas. A lo que voy es que digamos que fui criada de tal forma que al dinero lo veían como un método de salvación. Lamentablemente, en mi vida nos tuvimos que aferrar a él para sobrevivir. Si vamos al caso nunca tuve una buena postura económica. Quizás es por eso también que apreció y le doy gran valor a todas mis cosas. Si no las tengo las extraño y las necesito. Porque si encuentro un simple llavero de Huracán basta con verlo y sonreír ya que me acuerdo de mi Abuelo. Si veo lápices de colores casi a punto de terminarse, recuerdo cuando era pequeña y pintaba con mi Mamá. U oír el sonido de fichas de dominó y remitirme cuando pasábamos los domingos jugando al dominó con mi Abuela. Ni hablar si  llego a escuchar una canción de Abba, instantáneamente me imagino a mi viejo llevándome al colegio. Sí, hasta a una simple canción le aplico el valor que se merece.
Sin irme de las ramas, digamos que si tengo la oportunidad de poder disfrutar algo en el que el dinero sea necesario, lo hago. Sin importar quedarme sin un peso, ya no veo al dinero como una salvación, sólo lo veo como una estupidez, es como dar un simple papel a cambio de ¿felicidad? ¿satisfacción?. Lo que sí no comprendo como pueden pagar por sexo algunas personas, ¿no sería más lindo amar y gastar energías?. Otra de las formas de uso que le doy al dinero es que si llegase a ver a un niño en la calle, no le doy la monedita para que luego la utilice para fines no saludables (en el peor de los casos), prefiero comprarle comida.
Háganme el favor de disfrutar la vida gente, despilfarren la guita por los aires, no compren ilusiones, apuesten por lo que les llene el alma, cómprense una guitarra, un piano, un bajo o una batería y amen la música, dénse los gustos que la plata va y viene. Dinero hay de sobra y la vida es una sola. Vívanla
A todo esto, acabo de escribir esta parva de pensamientos y me olvidé del más importante: Soy cajera.


Muy buenas noches :)

Y sin embargo mi mundo termina en él.




Sueña con algún pajarraco que le de un pié y sople su amor y la alegría por la que
 su mundo 
G I R A.

Cuando estés acá.

Cuando está acá, tendrás tu espacio
y una frágil forma de existir
con verte nacer ¿cómo hay quien puede ver
un mundo para destruir? 
Ojos que no ven, corazones que no sienten
y vos que estás por venir.


Tan lejos...

Una sonrisa se ve reflejada en un papel
y se te empañan los ojos
con esas caras diciendo que todo va a estar bien
y va a estar bien


no quiero quedarme sentado, no quiero volver a tu lado,
creo que me gusta así
ya paso el tiempo y espero saber por que
estando tan lejos no te quiero ver

cantando a pesar de las llamas
gritando con todas las ganas

no llores más que la noche es larga
ya no duele el frío que te trajo hasta acá
ya no existe acá…
no existe ese frío que te trajo

viernes, 3 de febrero de 2012

Capítulo IV

Acompañada de unos mates, siendo la una y media del mediodía, tengo ganas de compartir una parte de mi libro favorito, "El Túnel". Con la cual me siento más que identificada (le cambié más que nada cuando dice LA vi, por LO vi). Ahí vamos...


«Una tarde, por fin, lo vi por la calle. Caminaba por la otra vereda, en forma resuelta, como quien tiene que llegar a un lugar definido a una hora definida.
Lo reconocí inmediatamente; podría haberlo reconocido en medio de una multitud. Sentí una indescriptible emoción. Pensé tanto en él, durante meses, imaginé tantas cosas, que al verlo no supe que hacer.
La verdad es que muchas veces había pensado y planeado minuciosamente mi actitud en caso de encontrarlo. Creo haber dicho que soy tímida; por eso había pensado y repensado un probable encuentro y la forma de aprovecharlo. La dificultad mayor con la que siempre tropezaba en esos encuentros imaginarios era la forma de entrar en conversación...»

jueves, 2 de febrero de 2012

miércoles, 1 de febrero de 2012

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El primer paso para saber qué es lo que querés, es saber lo que no querés.