Siento que pasan los días y sigo adelante tracción a sangre. Tras una melodía. Creo que te hice tan mío
que por un instante te olvidé.

lunes, 13 de febrero de 2012

Chiquitita no hay que llorar.

Te extraño y eso nunca cambiaría. Pero admito que en este último tiempo, además de pensar en tu ausencia, pienso en tu presencia. Sí, porque para mi lo que vivo día a día forma parte de tus enseñanzas. Saber qué elegir, qué rechazar. Vivimos en un mundo muy cruel, viejo. Te han pasado por encima muchas veces. Pero te prometo que a tu hija eso nunca le va a pasar. Todas las cosas de la vida me hicieron tan fuerte, que frente a la vida ya me siento de hierro y acero. No por lo fría, sino por lo bien parada que me siento frente a la vida.

Hoy hace cuatro meses que te fuiste. Y aunque tenga mis bajones, creo sentirme bien. Porque sé que vos ahora lo estás. Ya nada te hace mal, nada te hiere ni física, ni emocionalmente. No sé dónde estarás, pero estoy tranquila porque sé que ya no dependés de nada, no necesitás nada, ningún falso motor. No hay más sufrimiento y dolor a tu alrededor. No hay más curas, ni enfermedades. No hay más preocupaciones para vos, quedate tranquilo que estoy bien. A pesar de que diga que hay tantas cosas que me gustaría contarte, que quisiera que sepas y me digas "Grande Machu!", sé que dónde estás, lo estás viendo y estás orgulloso de la hija que te tocó. Me acuerdo cuando me felicitaste porque escuchaba buena música, porque me gusta la música ochentosa y el rock inglés.
Además, no puedo evitar sonreír al recordar cuando me llevabas al colegio a la mañana escuchando Abba. Me ponías siempre el tema Chiquitita. Y hasta no terminar, no bajaba del auto. Una vez que eso pasaba, me iba contenta al cole.
Chiquitita sabes muy bien
que las penas vienen y van y desaparecen
otra ves vas a bailar y serás feliz
como flores que florecen
Chiquitita no hay que llorar
las estrellas brillan por ti allá en lo alto
quiero verte sonreír para compartir
tu alegría chiquitita.

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