
Desde ese entonces hay quienes lo han visto solo en las calles transitar. Anda esperando paciente
por alguien con quien al menos tranquilo pueda conversar.
Mientras tanto, este mundo gira y gira sin poderlo detener y aquí abajo unos cuantos nos manejan como fichas de ajedréz.
No soy la clase de idiota que se deja convencer, pero digo la verdad y hasta un ciego lo puede ver.
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